El valle de los lobos


- ¿Tienes miedo? - Murmuró Kai.
Ella asintió, y se apoyó en el marco de la ventana. 
La mano de Kai, busco la suya y como de costumbre no fue un contacto material, pero a Dana no le importaba. De hecho, en los últimos tiempos se había acostumbrado tanto a aquel tipo de rose que hasta se le hacia extraño que la tocara una persona de carne y hueso.
- Lo importante es que seguimos juntos - concluyó el chico. 
Dana asintió, y oprimió la mano incorpórea de Kai. 
Sus dedos se cerraron en el vacío.